Decisiones incorrectas ante los resultados del FODA.(parte I)
Recientemente fui invitado a una reunión de una compañía que algunos meses atrás había realizado un programa de planificación Estratégica, con la facilitación de un reconocido Mentor con gran experiencia, tanto nacional como internacional, con la finalidad de que les diera mi opinión al respecto. Tuve la oportunidad de leer la metodología usada, las conclusiones y recomendaciones entregadas y en realidad no pude hacerles ninguna nueva recomendación, pues lo ahí escrito cumplía con los más exigentes estándares de calidad y sus conclusiones estaban perfectamente alineadas a un trabajo de esta naturaleza.
No comentaré nada de su contenido, más allá de mis expresiones antes indicadas, por razones eminentemente éticas; lo que si voy a referir en este artículo, son algunos elementos conceptuales que pueden ser comunes a los dirigentes o líderes de muchas empresas, los cuales plantean un punto de vista personal, que puede serle útil en sus particulares circunstancias.
En el análisis FODA(Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), muy conocido y elemento básico para la determinación de las estrategias a seguir, me encontré con dos aspectos que por su importancia y ponderación me llamaron la atención de manera resaltante:
1) Dentro de las Amenazas, destacaban aspectos de mucho peso, tales como: situación económica país – hiperinflación – inseguridad jurídica- situación política, etc.; 2) Dentro de las Fortalezas, se hacía énfasis en la calidad de sus “recursos humanos” en especial su plantilla de gerentes de alto nivel técnico y amplia experiencia.
Estratégicamente, cuando existen fortalezas significativas, las estrategias deben ser proactivas-agresivas. Así mismo, cuando las amenazas son muy importantes, el sentido común sugiere una estrategia de “sobrevivencia”. En tales circunstancias, que podríamos llamar opuestas y por lo tanto de incertidumbre, ¿cuál debería ser la estrategia correcta?
Las amenazas pesaron más que las fortalezas y se actuó en consecuencia por una estrategia de sobrevivencia, orientada a una fuerte disminución de costos, cierre de sucursales, eliminación de productos y servicios, así como la paralización de todo programa informático en desarrollo.
Creo que un aspecto no considerado fue que las amenazas eran factores externos, sobre los cuales prácticamente nada podía hacerse para eliminarlas o evitarlas, mientras que la principal fortaleza, su “Talento Humano”, como suele decirse ahora, era un factor interno, sobre el cual se podía construir en beneficio de algo que ya se tenía.
Si analizamos este aspecto con mayor detalle, encontraremos dos (2) verdades detrás de la realidad de las circunstancias: las amenazas detectadas, eran y son las mismas para todos los competidores, cuyos productos y mercados también serían afectados. En segundo lugar, al escoger el camino de supervivencia, se estaba entrando en una espiral descendente en ciclo “perverso” de reducción acelerada; menos producción, menos necesidades de espacio, menos ventas, menos recursos financieros y por supuesto, menos personal bien preparado, cuyo destino no fue otro que aportar sus recursos, habilidades y conocimientos, a las empresas competidoras, con la consecuente nueva presión para cerrar más el círculo de actividades.
Las amenazas, por grades que fueran, eran y son un factor común; no así las fortalezas que se tenían, que daban porcentualmente una ventaja competitiva sobre la competencia. Ese Talento humano, capaz de buscar caminos alternos, novedosos productos y servicios, nuevas estrategias de negocios, etc., no llegó a ser bien entendido.
Recuerde que ante un análisis FODA, su valioso Talento Humano es realmente la diferencia, es y será un elemento de peso extraordinario ante cualquier amenaza o cualquier debilidad. Un personal capacitado, experimentado y con trayectoria, podría sacarlo de apuros ante eventos adversos a su organización.
Jesús Alberto Ortega.