MUJERES AL PODER.!
MUJERES AL PODER.!
Vivimos en un mundo con tantos matices, sensibilidades y particularidades que un título como el de este artículo pudiera suscitar veinte o más impresiones diferentes según el lector, la sociedad o el país en el que se lea; respuestas a favor, posiciones en contra, actitudes retadoras, visiones radicales, sentimientos conformistas, en fin un sinnúmero de reacciones que varían y se explican en función a realidades geográficas, cultura, historia y muchos otros elementos.
En el ámbito público, cuando analizamos los números crudos asociados al título, vemos cifras como estas:
- En Julio de 2020, de 194 países (193 miembros de Naciones Unidas + Taiwan) 15 son liderados por mujeres
- Desde 1960 hasta la fecha, 73 mujeres han ocupado la más alta posición de liderazgo político en sus países
- Para enero de 2020, el 20% de los parlamentos mundiales eran liderados por mujeres
- En 14 países a nivel mundial, 50% o más de los cargos ministeriales son ocupados por mujeres
- En 4 países del mundo, la presencia de mujeres en los parlamentos es de 50% o superior
Todas las cifras anteriores están basadas en la información publicada por ONU Mujeres.
Cuando analizamos el mundo privado, de las grandes empresas y corporaciones, este es el panorama:
- Para enero de 2020, 167 de las 3000 compañías más grandes del mundo, son lideradas por mujeres
- El 1% de los CEO (Chief Executive Officer) a nivel mundial son mujeres
- Recursos Humanos, es el área directiva con mayor participación de mujeres a nivel mundial
- Para diciembre de 2019, 33 de las 500 empresas pertenecientes a Fortune500, eran lideradas por mujeres
Todas las cifras anteriores fueron extraídas de diversas fuentes globales (The Wall Street Journal, Foro Económico Mundial, McKinsey, entre otros)
Podrás notar en los párrafos anteriores que hemos presentado las cifras puras, duras, frías y sin interpretación, con el objetivo que tu realices tu propio análisis personal de lo que estos números representan para el mundo, para tu país, para el entorno en el que vives y para ti como ser humano y miembro de una comunidad real y tangible.
Si tienes hijos pequeños, tu labor y análisis con estos números y estas realidades representa un reto aún mayor, entender que tienes en tus manos la posibilidad cierta de hacer un cambio importante (para bien o para mal) a través de ellos y la concepción del mundo que les otorgarás como padre/madre, las distinciones de género y el rol poderoso que tanto niñas y niños deben jugar en la construcción de una sociedad.
Si en tu trabajo tienes bajo tu dirección un equipo de mujeres y hombres, tu rol de guía equilibrado hará la diferencia para construir en el corto y mediano plazo organizaciones que valoren en la justa medida las capacidades y fortalezas de todos sus empleados sin ningún tipo de distinción de género; organizaciones que ofrezcan oportunidades de desarrollo a todo su personal sin posturas preferentes ni sesgos de ningún tipo.
Si eres un líder comunitario que trabaja con equipos que promueven mejoras sociales (grupos ambientales, gestión de agua, manejo de espacios territoriales, gestión energética, etc.) desde la base de la organización civil, tu rol como promotor del espacio justo para mujeres y hombres en la sociedad es una muestra clara de la construcción de equidad desde el corazón de las realidades humanas.
La ciencia por su parte, desde hace muchos años ha establecido diferencias entre el cerebro femenino y el masculino, asociándole características especiales o en mayor o menor grado a uno en contraposición al otro. Hoy, existen voces disidentes muy interesantes, como la Dra. Daphna Joel, neurocientífica de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, quien afirma que “en general, la comunidad científica está cambiando la manera en cómo trata el sexo y está aceptando la idea de que no hay cerebros masculinos o femeninos”, sin embargo el proceso está siendo lento y por momentos conflictivo, una de las razones que lo justifica, según la doctora, es que sus investigaciones no tienen implicaciones exclusivamente neurocientíficas, sino también políticas.
La realidad global nos demuestra elementos contundentes (muchas veces poco publicitados) del éxito en el rol de liderazgo femenino a nivel mundial. En nuestra realidad actual con la pandemia del Covid19, para marzo de 2020 en un estudio global se observó que las mejores estrategias para enfrentar la crisis, así como los mejores resultados ante tal situación, se encontraban en 7 países liderados por mujeres: Dinamarca, Islandia, Finlandia, Alemania, Nueva Zelanda , Noruega y Taiwán; los números y las realidades hablan por sí mismas. Cuando vemos estos resultados, recordamos a muchos autores, tanto científicos como especialistas en sociedad y comportamientos, que afirman que el cerebro femenino tiene mayores capacidades para el desarrollo de la empatía, ¿será esto cierto?, la verdad es que no lo podemos afirmar, sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que el mundo necesita más empatía, sin duda alguna.
En BAM-Mentors, desde nuestro origen hemos entendido el valor, la consistencia, robustez y la universalidad que le otorga a nuestra organización tener un equipo conformado por hombres y mujeres por igual; equipos integrados y liderados en función de conocimiento, actitud, capacidad, esfuerzo y determinación, sin realizar distinción alguna por género u otra característica.
En BAM-Mentors hemos contribuido con empresas privadas, instituciones públicas, líderes políticos y comunidades, en la búsqueda de una verdadera inclusión justa y equilibrada de mujeres y hombres en función de sus competencias, actitudes y potencialidades para contribuir de manera adecuada a los retos planteados. Programas de formación y desarrollo específico, que orienten y mejoren las destrezas particulares de cada individuo.
En BAM-Mentors hemos tenido la oportunidad de ver realidades culturales en toda Latinoamérica, Europa, Asia y África, evidenciando muchos extremos y situaciones realmente complejas en cuanto a equidad de género, sociedades muy incluyentes y sociedades altamente dispares; todo ello ha alimentado nuestro valor organizacional de la equidad y la inclusión, orientando nuestros esfuerzos a generar la diferencia necesaria para lograr una sociedad más justa que además aproveche de forma inteligente las potencialidades de mujeres y hombres para la construcción de un mundo mejor.
Tarea: proponte ser tú también la diferencia en cuanto a género e inclusión en tu metro cuadrado (hogar, comunidad, trabajo, equipo deportivo, etc.)
Henry Rodríguez y Simón Rausseo